A principios de mes, se dio a conocer que México y Estados Unidos ponían fin al conflicto azucarero iniciado en 2014 a través de la suscripción de un acuerdo de suspensión en común, del cual es conveniente saber los términos de dicho convenio y en qué beneficia a México.

De este acuerdo se desprende, entre otras cuestiones, la obligación por parte de México de modificar sus porcentajes de azúcar refinada y cruda que exporta, a cambio de que Estados Unidos no imponga cuotas compensatorias.

Es importante considerar que según la Secretaría de Agricultura (SAGARPA) la industria cañera en nuestro país representa el 0.47% del Producto Interno Bruto (PIB) general y el 9% del PIB primario, el cual incluye al sector agricultor, pesca, ganadería y otros, durante el ciclo productivo de 2015-2016, además genera más de 2 millones de empleos.

Este escenario refleja la importancia de la industria en la economía nacional, razón por la cual la referida Secretaría apoya, con al menos ocho programas, a los productores de caña de azúcar.

A este respecto, la Secretaría de Economía ha venido buscando un acuerdo a través del cual se beneficie al sector azucarero mexicano; resultando de vital importancia para nuestro país, pues México es uno de los mayores productores de azúcar en el mundo y Estados Unidos, el principal destino de las exportaciones de esta materia prima mexicana.

Inicios

Recordemos que en 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) mediante el cual Canadá, Estados Unidos y México acordaron que en un plazo de 15 años eliminarían las barreras aduaneras entre las tres naciones, considerando el calendario de desgravación arancelaria establecido por cada país.

Así, desde 2008, las exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos. no causaban arancel alguno, alcanzando un nivel máximo de ventas en 2014, año en el cual la American Sugar Coalition (ASC) por sus siglas en inglés, entidad que aglutina a renombradas empresas azucareras de Estados Unidos, denunció ante sus autoridades, que la azúcar mexicana estaba subsidiada por el Gobierno mexicano y por tanto, existía una competencia desleal por parte de México.

En respuesta a dicha denuncia, el Departamento de Comercio inició una serie de investigaciones a fin de determinar si las afirmaciones de la ASC eran verídicas, sin embargo, en agosto de 2014, el gobierno americano impuso de forma preliminar cuotas compensatorias al azúcar proveniente de México, que iban desde un 2.99% hasta por un 17.01%, es decir, a partir de dicha fecha, el azúcar que México envió a Estados Unidos, pasó de entrar sin arancel alguno (de conformidad al TLCAN) a pagar dichos porcentajes para que pudiera tener entrada a territorio norteamericano. Ello sucedió hasta la firma de un acuerdo entre ambos gobiernos en diciembre de ese año, en el cual esencialmente se acordó lo siguiente:

  • Corresponde a México controlar el volumen de exportación a Estados Unidos, estableciendo un cupo máximo.
  • Establece un control para las exportaciones de azúcar mexicana dirigida a otros países; sólo se exportará el excedente de la materia prima.
  • Cada año se le haría saber al Departamento de Comercio Americano si se utilizaría la totalidad de la cuota disponible.
  • Se debe garantizar la distribución del cupo de acuerdo con patrones de embarque a lo largo del ciclo azucarero.
  • Se suspendieron las investigaciones en contra de las exportaciones mexicanas de azúcar.
  • Precios mínimos de venta de azúcar sin refinar y refinada.

A pesar del acuerdo suscrito en 2014, y derivado de diversas controversias a partir de su firma, se estableció generar uno nuevo el 5 de junio de 2017, razón por la cual las autoridades mexicanas y estadounidenses han sostenido diversos encuentros y negociaciones constantes a fin de lograr un consenso.

El acuerdo alcanzado

El 6 de junio de este año, la Secretaría de Economía anunció que ambos gobiernos alcanzaron un convenio de suspensión sobre el conflicto azucarero; que primordialmente consiste en:

  • Incrementar exportación de azúcar cruda en 10 puntos porcentuales, es decir, de 60 al 70% por parte de México; lo cual hace que esta materia prima necesariamente tenga que pasar por las refinerías americanas antes de que se comercialice en aquél país.
  • En consecuencia, la azúcar refinada estará limitada a exportarse por el 30%.
  • Si Estados Unidos llegara a necesitar más azúcar, será México el primer país al que acudirá, sólo si este último no cubre las necesidades del vecino del norte, entonces la Unión Americana podrá acudir con otros países.
  • Estados Unidos no impondrá cuota compensatoria alguna al azúcar mexicana.
  • Envío de azúcar de menor calidad, pues los refinadores americanos se quejan que la azúcar cruda mexicana, de alta calidad, estaba llegando directamente a los consumidores estadounidenses, sin pasar por sus refinerías.

Juan Cortina Gallardo, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA) declaró en conferencia de prensa que el acuerdo alcanzado no los deja satisfechos, aunque reconoce ciertos beneficios al sector azucarero mexicano, sin embargo, señaló que el gremio está preparado para los posibles embates de la industria americana.

Efectivamente, podemos desprender que México tuvo que ceder a diversas peticiones de los productores americanos, sin embargo, de no haber llegado a un acuerdo, hubiera sido bastante perjudicial para la industria cañera mexicana, pues Estados Unidos hubiera impuesto cuotas compensatorias que oscilan entre 40.48% y 42.14% por la investigación de dumping y de 5.78% a 43.93% por subsidios.

Por su parte, los productores de azúcar mexicana, han solicitado al Gobierno de México investigar la fructuosa estadounidense y maíz amarillo para la producción de jarabe de maíz, que entra a México de forma libre y que afecta al sector de forma importante, pues señalan que existen prácticas desleales en su producción, ya que se encuentra subsidiada; por lo cual el conflicto por el endulzante está lejos de terminar.

Algo rescatable de este conflicto es que preparó el camino para la inminente renegociación del TLCAN, pues los mismos grupos negociadores de este acuerdo serán los que participen en las rondas de negociación del tratado que marca la relación comercial con nuestros vecinos del norte, desde hace más de dos décadas.