A través de un comunicado oficial con fecha del 22 de abril de 2020, el Servició de Administración Tributaria informó a los contribuyentes la ampliación del plazo para que la declaración anual de personas físicas. La fecha límite era el 30 de abril y el SAT la ha extendido al 30 de junio del presente año.

En el comunicado también argumenta las diversas acciones preventivas de salud pública que ha tomado la autoridad tributaria, en concordancia con los anuncios oficiales por parte del gobierno, de las medidas de sana distancia derivadas de la epidemia del COVID-19.

Este anuncio, según las autoridades se debe también a la declaratoria de Fase 3 decretada el 21 de abril por el Consejo de Salubridad General, la máxima autoridad en materia de atención a la epidemia.

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Cabe señalar que este llamado se había solicitado por los contribuyentes a las autoridades para la declaración de personas morales, que venció el pasado 31 de marzo, sin que la autoridad hubiera atendido la urgente solicitud de las empresas, a pesar de que las afectaciones por la contingencia sanitaria derivada del virus COVID-19 ya eran inminentes.

Otro elemento que reconocen las autoridades tributarias es la falta de capacidad tecnológica para poder trasladar sus servicios a las herramientas digitales ante la demanda. Si bien tanto el SAT como la Secretaría de Hacienda han realizado esfuerzos considerables y notables avances en cuanto al pago de contribuciones de manera remota, incluyendo las declaraciones de impuestos, el SAT por fin reconoce que se ha visto rebasado por la alta demanda de los servicios digitales, a pesar de que desde inicios del mes se denunció por diversos medios las dificultades que enfrentaron los contribuyentes para poder realizar sus declaraciones de manera remota.

El comunicado del SAT señala que hasta la fechase han presentado 4, 252, 450 declaraciones de personas físicas, lo que representa un aumento del 32% respecto del año anterior.

En Lofton desde finales de marzo nos sumamos al llamado de empresarios y contribuyentes de posponer plazos de declaraciones, y pugnamos en que deberían de considerar algunas exenciones fiscales, con el fin de ayudar a  las empresas a sortear la crisis económica que derivó del paro repentino de sus operaciones.

A pesar de que diversos sectores expresaron e hicieron llamados similares, la autoridad no decidió llevar a cabo acciones de este tipo hasta ahora. Su argumento era que no podía ampliar el plazo para que la declaración anual de personas físicas porque hora más que nunca, contar con los ingresos de los contribuyentes era imprescindible para atender la emergencia sanitaria. Pues más vale tarde que nunca.