Las responsabilidades que surgen en la relación entre trabajadores y patrones se encuentran reguladas por una serie de documentos, políticas o procedimientos que delimitan la funciones y actividades de cada persona dentro de una empresa. Los más comunes para la empresa son la razón social de la misma, sus políticas de ética, conducta y reglamentos internos. Para el caso de los trabajadores, se regula su actuar mediante su contrato de trabajo principalmente. 

Pero ¿qué sucede cuando personal o mandos medios incurren en delitos? Pues por lo regular será la empresa o el representante legal tendrá que resolverlos, o en el peor de los casos asumir las consecuencias legales de dichas faltas.

Esto queda establecido en el Código Nacional de Procedimientos Penales en su Artículo 421, relativo a los procedimientos para personas jurídicas menciona: 

Las personas jurídicas serán penalmente responsables, de los delitos cometidos a su nombre, por su cuenta, en su beneficio o a través de los medios que ellas proporcionen, cuando se haya determinado que además existió inobservancia del debido control en su organización. Lo anterior con independencia de la responsabilidad penal en que puedan incurrir sus representantes o administradores de hecho o de derecho.

¿Cómo proteger a mi empresa?

Para proteger a tu empresa de delitos que pudieran cometerse por colaboradores, lo mejor son los mecanismos de prevención. De entre ellos, destacamos:

  • Es muy importante definir el objeto social de la empresa y que se vea plasmado desde el acta constitutiva de la misma
  • Definir responsables del control de medidas internas que prevengan irregularidades, puede ser el representante legal o contralores.

Por su parte la Ley General de Responsabilidades Administrativas es una normativa que tiene por objeto regular el actuar de la administración pública. Sin embargo, en su Artículo 25 contempla mecanismos valiosos que pueden servir a tu empresa para un mayor control de medidas internas. Aquí te resumimos las que consideramos más oportunas:

  • Contar con un manual de organización y procedimientos en el que se delimiten las funciones y responsabilidades de cada área, cadenas de mando y de liderazgo 
  • Un código de conducta que cuente con mecanismos de aplicación real
  • Sistemas de control, vigilancia y auditoría, que verifiquen su cumplimiento 
  • Sistemas adecuados de denuncia, tanto al interior de la organización como hacia las autoridades competentes
  • Reforzamiento de políticas de recursos humanos para el ingreso de nuevo personal

Adicional a estas valiosas recomendaciones de la Ley de Responsabilidades Administrativas podemos agregar el beneficio de una sólida cultura laboral basada en los valores por los que trabaje tu organización, así como el fomento de una cultura de la legalidad con enfoque preventivo.

La prevención siempre será el mejor camino para que puedas blindar a tu empresa ante eventualidades que puedan ocasionar riesgos innecesarios para tu operación. En Lofton contamos con expertos en representación de empresas, donde trabajamos para salvaguardar tu patrimonio de nuestros clientes, en apego estricto a las normatividades vigentes.

Redacción Lofton