Con el más reciente incremento en 50 puntos base de la tasa de interés interbancaria, para situarla en 7%, el Banco de México mandó un mensaje contundente sobre su acción para controlar la inflación y estabilizar los precios.

En el comunicado del pasado 12 de mayo, Banxico señaló que el objetivo de este ajuste fue para  asegurar la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico (2023-2024), no sin dejar de advertir de los riesgos internos y externos que podrían afectar este objetivo:

Riesgos al alza:

  1. persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados
  2. presiones inflacionarias externas derivadas de la pandemia
  3. mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico
  4.  depreciación cambiaria
  5. presiones de costos. 

A la baja: 

  1. una disminución en la intensidad del conflicto bélico
  2. mejor funcionamiento de las cadenas de suministro
  3. un efecto mayor al esperado de la brecha negativa del producto;
  4. un efecto mayor al esperado del Paquete Contra la Inflación y la Carestía

La minuta sobre la decisión de la política monetaria para controlar la inflación

Días después del comunicado, el Banxico dio a conocer la minuta 92 de la Junta de Gobierno con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 12 de mayo

En esta junta, cada uno de los miembros de gobierno enunció con mayor detalle el panorama nacional e internacional, pero quizá lo más importante fue que develó que varios miembros de la junta mantienen una posición más agresiva respecto al alza de tasas, lo que permite inferir posibles alzas en lo que resta del año, apuntando a máximos históricos del propio Banco de México.

Dentro del análisis de los miembros en esta junta, señalamos una síntesis de los más relevantes. Recordemos que no se señala quién enuncia los comentarios y se hace de forma impersonal:

Inflación en México

  • En abril las inflaciones general y subyacente registraron tasas anuales de 7.68 y 7.22%, respectivamente, su nivel más alto desde enero de 2001.
  • El conflicto geopolítico ha presionado de manera importante la inflación que se arrastraba de la emergencia sanitaria
  • Todos los miembros de la junta mencionaron que las expectativas de inflación para 2022 y 2023 se incrementaron de manera importante.
  • Uno de los miembros señaló que las expectativas de inflación general correspondientes al cierre de 2022 se encuentran en 6.75%, registrando un incremento de 250 puntos base.
  • La mayoría coincidió en que las presiones inflacionarias y los pronósticos llevaron a revisar a la alza la inflación para los últimos trimestres de 2023, aunque la meta de 3% se mantiene como alcance a inicios de 2024.
  • Uno de los mayores factores de riesgo son los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico.
  • El horizonte de pronóstico de inflación se mantiene a la alza y continúa deteriorándose.

Política monetaria

La junta de gobierno evaluó los factores que han presionado a la inflación, principalmente los de carácter externo que hemos señalado, un entorno de acentuada incertidumbre.

Con la acción del aumento de la tasa de interés a 7%, la política monetaria busca reajustar la política monetaria a la trayectoria que se requiere para la meta del 3% converja en el primer trimestre de 2024.

Si bien esto ya lo había mencionado en su comunicación del 12 de mayo, lo interesante es ver la visión y postura de varios miembros de la junta, donde dejan entrever que este es posiblemente un primer paso, de los varios que pudieran tomarse en un futuro, con base en los pronósticos inflacionarios que tiene Banxico.

Textualmente señaló que “ante un panorama más complejo para la inflación y sus expectativas, se considerará actuar con mayor contundencia para lograr el objetivo de la inflación.”

Es probable incrementar la tasa en 75 puntos

Sorpresivo, por decirlo de alguna manera, fue el tono y señalamientos de algunos miembros de la junta de gobierno, conscientes de los riesgos inflacionarios persistan, han señalado que “incrementar la tasa 75 puntos base sería un mensaje más fuerte del compromiso  con el objetivo prioritario. Esta medida disiparía aún  más cualquier duda sobre la autonomía y refrendaría la obligación moral con el segmento más vulnerable  de la población. (…) y ayudaría a contrarrestar el deterioro de las expectativas de mediano plazo”.

Otro miembro de la junta fue enfático en este tema la señalar que “un incremento de 50 puntos base resulta insuficiente para garantizar la convergencia de la inflación en el horizonte planeado. Asimismo, el rol fundamental de la política monetaria es actuar con determinación y oportunidad, para frenar la inercia inflacionaria y evitar futuros aumentos de tasa más severos, por lo que señaló que es momento de aumentar el ritmo de ajuste de la postura monetaria a 75 puntos base.”

Por si fuera poco, otro miembro indicó que: “es indispensable continuar ajustando la postura monetaria en México, para que las expectativas de inflación se mantengan ancladas (…) Agregó que el Banco Central tiene que considerar actuar con mayor firmeza en sus decisiones, ya que de no tomar las medidas necesarias, las expectativas de inflación de mayor plazo podrían verse afectadas tanto por los elevados niveles de inflación y la duración de los choques que las han afectado, como por las continuas revisiones a los pronósticos. Advirtió que un desanclaje de las expectativas debe evitarse con acciones contundentes.”

Conclusiones

Ante el panorama de los últimos dos trimestres del año, aunado a los pronósticos de meta inflacionaria y el objetivo de alcanzar el 3% a inicios de 2024, es claro que las autoridades del Banco de México están firmes en su decisión de tomar las medidas que considere necesarias para hacer frente al complejo escenario inflacionario a nivel internacional, buscar cumplir con sus objetivos a mediano plazo y también manda un mensaje contundente sobre su autonomía, respecto de otros poderes nacionales.

 C.P. Christian Castillo, Socio de Contabilidad de Lofton