El nearshoring es el futuro económico en México, gracias a la cercanía, los salarios bajos, y la alta especialización en diversas áreas, nuestro país es tierra fértil para inversiones de Estados Unidos, Canadá, e incluso, países orientales como China.
Esta estrategia económica fue impulsado a raíz de las convulsas relaciones internacionales y la pandemia. Por lo que el nearshoring puede ser la respuesta para pacificar a nuestro país, a la par de un gran crecimiento económico. Según estimaciones de analistas, se augura un crecimiento del PIB hasta al 8 % para 2030.
De igual manera, a pesar de que los salarios son menores en China, el T-MEC ha sido fundamental para las decisiones de movilizar la industria a nuestro país. Los aranceles por importaciones entre México y Estados Unidos son nulos, en contraposición con China que son del 20 %.
Debido a su cercanía a la frontera, los estados del norte e incluso el bajío, serán los primeros en beneficiarse. Pero la Ciudad de México no se queda atrás, en los primeros cinco meses del 2023, la disponibilidad de naves industriales llegó a un nuevo mínimo histórico. Lo que ha puesto en marcha a empresas inmobiliarias a restaurar antiguos parques en la ciudad, como los ubicados en Vallejo y Naucalpan.
En este sentido, la recolocación industrial es una oportunidad que permea a todo el sector productivo en nuestro país. Y sus alcances parecen augurar alzas en sectores de turismo, comercial, inmobiliario, transportista, y empresarial en todos los sectores.
A pesar de todas las oportunidades que el nearshoring presenta para nuestro país, es importante puntualizar los retos que se enfrentan las empresas que llegan, y las nacionales que crezcan en este sistema.
Retos fiscales
Sin lugar a duda, uno de los grandes retos de las nuevas empresas es adecuarse lo más rápido posible a los estatutos fiscales de nuestro país. Los cuales, con una guía especializada, podrán surcarse sin mayor percance. A pesar de ello, existen muchos retos intrínsecos del propio Servicio de Administración Tributaria.
Tales como el rezago aún tangible de las citas. El cual afecta directamente a las nuevas empresas quienes debe darse alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Proceso que podría tomar varias semanas, sumando otro par de semanas para obtener la e.firma.
Por lo que el proceso para operar en México como una sociedad mercantil, es truncado por no poder darse de alta ante hacienda.
Otro punto son las devoluciones por acreditamiento del IVA, las cuales se realizan en los siguientes 40 días hábiles a la solicitud. El problema es que no existe un incentivo para las empresas que empiezan a operar en el país, y este tiempo de por sí dilatado, puede extenderse de seis a ocho meses. Debido a los extensos requerimientos de información.
Retos de importación
Por otro lado, la certificación del IVA y del IEPS es un reto. Con ellas, las empresas permiten la exención de aranceles a importar temporalmente mercancía a nuestro país sin pagar IVA. En este punto, es sumamente importante tener asesoría especializada, ya que es importante conocer el proceso y los requerimientos para prevenir que el SAT decline la certificación.
Al igual que el resto, esta certificación puede tardar hasta cinco meses debido a los rezagos en el SAT por la covid-19.
Retos laborales
Debido a las reformas laborales que han entrado en rigor desde hace unos años, las empresas que recién lleguen a nuestro país necesitan adecuarse a las obligaciones que esto representa. A pesar de que algunas resultan ambiguas y generan incertidumbre, por lo que necesitan asesoría especializada en cuestiones laboralistas para evitar inconvenientes.
El mayor temor es una auditoría del IMSS, en la cual se determine que la empresa debió de registrarse en ciertas obligaciones, como el REPSE (Registro de Prestadores de Servicios Especializados). Si esto sucede, se perdería la posibilidad de deducir impuestos del pago de servicios.
Retos logísticos y de capital humano
Debido a la infraestructura que existe en el norte del país, es natural que la mayoría de las empresas extranjeras que lleguen debido al nearshoring se establezcan allá. Debido a esto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Banca de Desarrollo han otorgado financiamientos y estímulos fiscales para que las empresas decidan afianzarse en la región sur y sureste del país.
Aunque la iniciativa es prometedora, es un ejemplo perfecto de los retos que las empresas extranjeras tienen al llegar a nuestro país. Los cuáles resultan en capital humano y logística.
Nuestro país es sumamente diverso y contrastante, por lo que no todos los espacios donde las empresas quieran relocalizarse serán los idóneos. Tomando como ejemplo el sur del país, la fuerza laboral puede que no sea la más especializada debido a la pobreza tan aguda que permea. Por lo que puede que las empresas necesiten un traslado de personal, lo cual solo aumentará los costos.
Por otro lado, la logística, una pieza fundamental para el correcto funcionamiento puede variar según la localización. Por lo que nos enfrentaremos a que las empresas no se ubicarán donde existan financiamientos y estímulos fiscales, sino donde la ubicación geográfica sea acorde a sus necesidades de operación.
En este sentido, tanto los gobiernos estatales y los empresarios locales tienen área de oportunidad en conjunto. Las cuáles pueden propiciar un boom comercial en cuanto a nearshoring se trata. Lo que nos lleva al siguiente reto.
Retos políticos
Actualmente la política nacional se encuentra muy polarizada, y los recientes decretos de expropiación de concesiones solo acrecientan la desconfianza del sector privado.
Por lo que ahora, más que nunca el sector económico y empresarial en nuestro país debe de permanecer unido. Priorizando el respeto al estado de derecho, así aumentando la confianza para las inversiones extranjeras.
Conclusiones
México es un país estratégico, tanto en alianzas como geográficamente. Por lo que el nearshoring es la respuesta histórica natural de nuestro país frente a momentos convulsos. Similar a lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial y el Milagro mexicano, nos encontramos frente a una oportunidad que, bien gestionada, puede abrir la puerta a un crecimiento no antes visto y el permeo de buenas oportunidades para todos los habitantes. En este sentido, tanto las empresas, la fuerza trabajadora y la política nacional deben hacer una sinergia para adaptar de la mejor manera esta estrategia económica.
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