Todas las empresas necesitan recursos financieros, materiales y humanos para poder operar. Sin embargo, estos recursos por sí solos no son suficientes para que la empresa funcione correctamente y pueda crecer. La manera en que sean distribuidos, utilizados y dirigidos serán claves de una empresa exitosa.

Pero, para hacerlo de manera correcta, habrá que llevar a cabo ciertas acciones que nos ayuden a tener claro cuáles son los objetivos a seguir, así como los resultados esperados, y qué hay que hacer para lograrlos.

El primer paso es la planeación estratégica

Todas las empresas, sin importar cual sea su giro o tamaño, deben contar con un plan que las oriente y les permita alcanzar sus objetivos. Pues de no contar con este, tomarán decisiones improvisadas, sus recursos no serán bien aprovechados, y difícilmente podrán lograr buenos resultados.

Por ello, la planeación estratégica es vital para el crecimiento de las organizaciones. Ya que indica cuál debe ser el camino a seguir para todos y establece las bases para otros procesos igual de importantes para la empresa.

Recordemos brevemente que un plan estratégico debe:

  • Contemplar la misión y visión de la empresa. Estos son la base para definir los objetivos estratégicos, pues indican cuál es la razón de ser del negocio y qué quiere lograr en el futuro.
  • Tomar en cuenta la situación actual de la empresa. Cuáles son sus fortalezas y oportunidades, sus debilidades y amenazas, así como los elementos externos que rodean a la empresa y que pueden afectarla.
  • Considerar el modelo de negocio de la empresa. Evaluar si es competitivo y la propuesta de valor que se ofrece al cliente.
  • Tener objetivos estratégicos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo de tiempo. Así mismo, para cada uno habrá que definir los KPI de seguimiento, metas esperadas, responsables de cumplimiento y presupuesto.
  • Ser evaluado periódicamente para analizar los resultados y avances obtenidos, y de ser necesario, modificar o definir nuevas estrategias.

Después de implementar este primer paso, hablemos paso a paso los factores que influyen en los resultados de una empresa.

Una buena organización es clave para el éxito

Muchas empresas operan de manera empírica y resuelven los problemas conforme la conveniencia del momento, sin embargo, con el paso del tiempo y cuanto más crece el negocio, se vuelve más complicado gestionarlo de esta manera.

Entonces, para que una empresa pueda conseguir los resultados positivos que se plantea y tener un crecimiento continuo, es importante que esté bien organizada y que distribuya adecuadamente los recursos con los que cuenta.

Para conseguirlo, es necesario que la empresa cuente con procesos bien definidos. Es decir, que se tenga claro dónde comienza y termina cada proceso, así como los recursos humanos, técnicos y materiales que se necesitan para llevarlos a cabo. En ese sentido, resulta bastante funcional el tener documentados los procesos y políticas, ya que esto permite que los colaboradores puedan consultarlos en cualquier momento, y de esta forma, evitar confusiones y prevenir errores operativos.

Al tener claros los procesos de la empresa, será mucho más fácil distribuir los recursos, actividades y responsabilidades entre las distintas áreas que conforman la empresa, y por supuesto, asignar los objetivos que se establecen en el plan estratégico para que puedan llevarse a cabo.

En este punto cabe mencionar que, para algunas empresas puede ser conveniente el llevar a cabo una reingeniería organizacional para evaluar sus procesos y estructura organizacional, y de esta forma rediseñarlos y/o alinearlos a los objetivos estratégicos que se han planteado.

El control y el seguimiento son imprescindibles

El control interno garantiza la operación adecuada de una empresa, protege sus recursos y permite detectar desviaciones que pudiesen afectar el cumplimiento de sus objetivos.

Por lo tanto, para que la empresa pueda cumplir con los objetivos que se plantea, es indispensable que cuente con un sistema de control interno. Orientado a verificar y asegurar que todos sus procesos se ejecuten correctamente, prevenir situaciones de riesgo y evitar pérdidas, errores o fraudes, así como a monitorear constantemente que se cumplan los objetivos establecidos.

Así mismo, para supervisar que las operaciones se realicen correctamente, y evaluar que los objetivos planteados por los líderes de la empresa se están cumpliendo o no, habrá que definir indicadores clave (KPI), darles seguimiento, y cada cierto tiempo evaluar los resultados obtenidos, ya que de esta forma se determinarán las acciones de mejora correspondientes.

Liderar y gestionar al talento adecuadamente

Ya hablamos sobre cuán importante es que una empresa tenga un plan estratégico, procesos definidos y un sistema de control interno para conseguir los resultados que espera. Ahora llega el momento de hablar de un factor muy importante que complementa a los anteriores: el liderazgo.

Para que una empresa logre los objetivos que se plantea, necesita contar con verdaderos líderes que motiven a sus equipos de trabajo y dirijan los esfuerzos hacía los objetivos en común.

Un mal liderazgo trae más consecuencias negativas de las que se cree. En primer lugar, porque provoca que los colaboradores no se sientan comprometidos ni motivados, lo que conduce a un bajo desempeño, por ende, no se logran los resultados esperados y se generan pérdidas económicas.

Por el contrario, un buen liderazgo hace que las personas sientan que su trabajo es valorado, se sienten impulsadas a dar lo mejor de sí, la productividad aumenta, y se consiguen resultados positivos.

Para que los líderes de la empresa puedan dirigir adecuadamente las áreas a su cargo, es necesario que establezcan los objetivos a cumplir, que mantengan una comunicación eficaz con sus equipos, les brinden la confianza y herramientas necesarias para llevar a cabo sus actividades, y desarrollen políticas justas de evaluación y compensación. En ese sentido, resulta funcional invertir en programas de aprendizaje o capacitación para los líderes, o bien, en un programa de coaching que se adapte a sus necesidades.

La Consultoría Estratégica es el apoyo extra que necesitas para alcanzar tus objetivos

Como verás, no hay un solo factor que por sí solo sea suficiente para el crecimiento de una empresa. Por ejemplo, si hay procesos definidos, pero no un sistema de control interno, puede haber un mal uso de los recursos; o si hay un plan estratégico, pero no hay buen liderazgo, difícilmente se podrán lograr los resultados esperados.

Con esto no queremos decir sin llevar a cabo los factores que influyen en los resultados de una empresa, sino que cuando falta alguno, será mucho más complicado que la organización pueda conseguir los resultados esperados, ya que siempre habrá una deficiencia o restricción que los afecte.

Lo ideal es que todos estén presentes, pues en conjunto, además de complementarse, contribuyen al aumento de la productividad, la estabilidad financiera, al logro de los objetivos, y por ende, al crecimiento continuo del negocio.

Por esta razón, nuestros servicios de Consultoría Estratégica se enfocan precisamente en ayudarte a planificar y definir las estrategias necesarias para que tu negocio crezca, mantenerlo bajo control, y trabajar con los líderes dar cumplimiento a los objetivos. ¡Contáctanos!

C.P. Enrique Garduño, Socio de Consultoría Estratégica de Lofton